Martín Lutero dijo una vez: "Tengo más miedo de mi propio corazón que del Papa y todos sus cardenales. Tengo dentro de mí al gran Papa, el Ser". A veces tememos más lo que el enemigo pueda hacer desde el mundo exterior para atacarnos, o lo que usará para invadir nuestros hogares, cuando en realidad el peor enemigo es la persona a la que miras en el espejo.

El Hno. Branham dijo en 1959 en Estar Seguros de Dios: "La salvación es un asunto individual entre cada persona y Dios. No con nuestra nación, con nuestra iglesia, sino con nosotros mismos ante Dios respondemos". Es a nosotros mismos a quienes tenemos que poner en el altar. Nuestros caminos, nuestros deseos, nuestro pensamiento, nuestras acciones que tenemos que poner en el altar.

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¿Te das cuenta de que la persona en el espejo que te mira te está interponiendo en el camino de las cosas contigo y con el Señor? Trata de quitarte de en medio, entregándole todo a Él. Permita que el Señor tome el control dándole la oportunidad. Dios solo usará lo que pongas en Sus manos.

Dale todo de ti hoy. Podrás